miércoles, 29 de febrero de 2012

La chica de la voz dulce

11 de octubre de 2010

It's time for hate and fire



Pobre vida atormentada, existencia repleta de vasos vacíos, espejos hechos añicos, costuras deshilvanadas, esperanzas fallidas y rostros descompuestos.
Desde el primer momento en el que percibió el mundo de su alrededor deseó no haber tenido nunca uso de razón, haber vivido en la inconsciencia, en la ignorancia de todo mal, de todo miedo.

No fue hasta aquel momento, al tropezar con sus propios pies, cuando se dio cuenta de la fragilidad de lo que ella creía firme, de que ni siquiera el suelo llano le salvaba de caer, de que ni siquiera su cuerpo, aún joven, le prometía seguridad.
Observó extrañada ante unos ojos que ya no se le antojaban propios cómo el siguiente paso a dar no estaba predestinado.
El miedo estaba escrito en su frente.
Mil y un sensaciones hasta ahora desconocidas para ella se presentaron de golpe, sin llamar.
Despertó de su letargo.
La sorpresa le devolvió a la vida.

Jinete del sol, fuente de luz, tomó las riendas y se perdió en el ocaso.


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Como habréis ido observando desde que el blog nació, no todas las entradas van en orden, no todos los textos corresponden al día de su publicación -tal y como muestran las fechas al principio de estos-. He ahí el significado del nombre "Cajón de sastre". No sé cuántos relatos conservaré en total, pero comencé a escribir bastante antes de publicarlos online y...creo que, aunque el estilo ha podido cambiar a lo largo del tiempo, merecen también ver la luz. Un recuerdo por aquí, un sentimiento olvidado por allá: son momentos en palabras, y todos tienen cabida en este blog. Aunque muchas veces parezcan carecer de sentido, es solo en apariencia; hay que detenerse, reflexionar...

Espero que os haya servido esta "explicación". Muchísimas gracias a los que pasáis por aquí y disfrutáis de los textos y a aquellos a los que no os gustan tanto, cualquier crítica será bien recibida.

viernes, 10 de febrero de 2012

Deshielo

19 de diciembre de 2011

Have I been good to you at all
Oh I'm so tired of playing these games
We'd just be running down
The same old lines, the same old stories of
Breathless trains and worn down glories



El insomnio llamó a la puerta del subconsciente para provocar su vigilia. No se adivinaban suspiros ni vaivén de pecho alguno en un ambiente de sopor, tan solo las pestañas agitadas de un rostro mudo de esfuerzo y ciego de sueño o, más bien, de no poder sucumbir a él.

Llamaban a su recuerdo el pasado no resuelto, la pesadumbre de la sospecha cierta, la decepción por un adiós temprano...todos ellos se hicieron con la llave para disturbar la calma de la noche y arrancarle suavemente, como un tic tac imperceptible de un reloj de cuco, cada vestigio del pasado. Capturaron la llama de la vela que daba luz a su razón y la mantuvieron cautiva para reducirle en un desconcierto apabullante dentro de su propia lógica; no era sino el castigo del que era merecedor, la respuesta a sus defectos no disculpados.

El mundo gira aunque el hombre parezca desear ralentizar su ritmo a base de equivocaciones y elecciones de atajos que alargan el camino por sierras impenetrables, conformada por esos temores que impiden avanzar. Volveremos a ver salir el sol por el mismo horizonte aunque volvamos el rostro, sus rayos traspasarán las cortinas de humo que incendiamos para ocultar lo impronunciable y reprochable de nuestros actos.

¿Sabes? No podemos huir eternamente de ese calor que pronto tornará lúcido nuestro pensamiento para hablar alto y claro, la edad de hielo nunca hizo propensa la existencia del ser humano, ni siquiera la nuestra. Esa superficie helada que cubre nuestro pretendido desconocimiento se resquebraja bajo las cuchillas de los patines sobre los que temiste deslizarte para no caer. Ese fue el error, buscar el equilibrio donde la gravedad vence, aun con las manos por delante y enguantadas para amortiguar el golpe. Pero te empeñaste, casi llegamos al deshielo, y entonces nos hundimos en un incipiente charco de preocupaciones.

Cuando me levanté, ya no estabas ahí, y llegó el verano, y esas cuchillas resultaron inservibles. Muchas veces la respuesta radica en escarbar en la arena con los pies tras el cambio de estación, en sentirnos vivos al variar la temperatura, del ambiente, de la superficie. Para qué obcecarnos en demostrar que poseemos unas raíces que nos atan al suelo cuando nuestro único agarre es la plataforma que tiende el cerebro al sueño que se apodera de él en la noche, fruto de un deseo real oculto en la niebla de la incapacidad.

jueves, 2 de febrero de 2012

And it's falling down

2 de febrero de 2012


Y hay otros: los recuerdos buscando aún qué morder
como dientes de fiera no saciada.
Buscan, roen el hueso último devoran
este largo silencio de lo que quedó atrás.


Y todo quedó atrás, noche y aurora,
el día suspendido como un puente entre sombras,
las ciudades, los puertos del amor y el rencor,
como si al almacén la guerra hubiera entrado
llevándose una a una todas las mercancías
hasta que a los vacíos anaqueles
llegue el viento a través de las puertas deshechas
y haga bailar los ojos del olvido.


Por eso a fuego lento surge la luz del día,
el amor, el aroma de una niebla lejana
y calle a calle vuelve la ciudad sin banderas
a palpitar tal vez y a vivir en el humo.

Pablo Neruda



“La vida son dos días”, decías. Yo lo odiaba, lo sigo odiando. Con esa frase dejabas de lado las noches, la oscuridad que en ellas incitaba a la verdad, la transparencia con que todo se veía aunsin la presencia del fulgor lunar, el amor que parecía querer huir con el amanecer. Parece que el ser humano se mueve mejor a ciegas, en la negrura que transforma en planos los volúmenes y que anima a palpar lo que llega de frente sin importar el vacío al que pueda precipitarse irremediablemente.

No todos duermen cuando el sol se acuesta, y tampoco es esa la intención, ¿para qué existen las estrellas si no es para encandilarnos y llevarnos de la mano del insomnio? El hombre sueña despierto, ellas lo saben bien. Por eso velan por ti y por mí, crepúsculo tras crepúsculo, por las palabras que solo te atrevías a susurrar ante su presencia. Anhelan todavía arrancarte la dubitación que caracteriza tus pasos cuando los pájaros trinan por la llegada de un nuevo día, de uno de esos de los que tú crees que conforman la vida; ansían despojarte de tus temores y que, así, alces la voz cuando la noche ni siquiera haya llamado a la puerta; desean que las rechaces, que dejes de escapar con ellas cuando el manto estelar se descubra para dejar paso al azul, que tus manos permanezcan entrelazadas con las mías.
Y pensarás, qué contradicción, recriminar primero que aparte a un lado las noches y desear luego que las borre. Justo. En la contrariedad se encuentra la razón.
Quiero que el ocaso no marque las fronteras entre la cegadora realidad diurna y la clara y confusa noche, que no sea el insomnio el que nos lleve a unirnos ni la gradación a confesarnos, que el antifaz de las emociones no empañe tu mirada. Busco que ennochezcas, con todo, tu vida.

La noche no será más noche, el día no será más día.