martes, 5 de junio de 2012

Ciudad de humo

4 de junio de 2012 
 
Between the drinks and subtle things,
the holes in my apologies


El pasear atrapa, abrocha los cordones de una memoria cazadora que ansía congelar la vida.
Los adoquines resuenan, repiquetean, pretenden así responder a tus intenciones para que te adueñes del instante.

Las notas de un saxo tendieron un puente a una vieja librería. Las páginas que poblaban sus estanterías empolvaban las yemas de tus dedos, borrando cualquier huella que no fuera tinta. Buscaban tatuar las palabras que nunca pronunciarías, su hogar siempre serían tus entrañas.

La neblina del río apelmazaba tu pelo mientras vivificaba tus pulmones. No sería capaz de contar el oxígeno que llegaste a encarcelar en ellos, queriendo hacer tuyo un pedazo del barrio latino. “Nada como el aire para cortejar al alma”, decías.

Ya habías cerrado el libro y andado las dos orillas, al fin adaptaste tus labios para besar mejor las palabras. Lograste arrebatarle al agua su reflejo y así quedó grabado en tu recuerdo. Un mundo al revés, donde un cielo palpable puede ser pisado y la gravilla no es refugio para lo real.

Las nubes ahora observan con recelo, envidian a tu pensamiento. Él les ha arrebatado su puesto.

1 comentario:

  1. La verdad que no había leido nada tuyo y éste texto me ha encatado y atrapado. Siempre que leo algo que sencillamente,me encanta,no puedo evitar pensar: ´´ójala algún día, yo también sea capaz de plasmar esto con estas palabras y cada vez me doy mas cuenta, que me espera un largo camino por recorrer. Gracias por expresar de esta manera. :)

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